miércoles, 16 de noviembre de 2011

De frente: "Unidos se puede"


Todo equipo que se digne de ser llamado como tal debe ir de lo colectivo hacia lo individual, y no al revés. Karrantza ya puede sentirse un ejemplo de esto, pues ha demostrado una gran fortaleza a partir de su esencia, revela en cada partido un convencimiento en sus ideas embrionarias y un engranaje en los movimientos que fueron capaces de suplir ausencias para nada menores. Codias, por su naturaleza, genera un impacto muy fuerte en cualquier equipo, pero Karrantza supo sostenerse por un núcleo que luce estable y que, a la vez, permite que el protagonismo se haya repartido en sus justas proporciones. En efecto, la confianza que traen los resultados y esa regularidad tan infrecuente en nuestro fútbol generan una atmósfera agradable para que todos rindan y se sientan importantes. Así, Odera aporta soluciones ofensivas, rompe líneas, da pases de gol y también los hace. Así, nos encontramos con un Salvatori que desenfunda un amplio repertorio de goleador para sacudir a un Karrantza adormecido y encaminar el cómodo triunfo. Atención con el pibe: tiene cosas de Rivaldo. En el 5-2, esa diagonal que mete del borde hacia el corazón del área es muy difícil de leer para los centrales y, sin conflictos de ideas para definir esa fina tijera, evidencia una cualidad de los grandes delanteros: la apariencia de que un gol es fácil de convertir cuando, en realidad, es él quien lo hace sencillo. Leo tiene el mérito de haber confiado en sus jugadores y de que el terreno esté apto para que el K termine desplegando futbol en cancha.

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